Mis patatas favoritas de siempre que gustan a todo el mundo y pueden acompañar cualquier asado de carnes o pescados. Yo las llamo mis patatas “rústicas” porque su preparación es tan sencilla que no os lo vais a creer. Son las patatas que me piden mis amigos cuando vienen a comer a casa y no dejan… ni una!

Ingredientes para 4 personas:
– 4 Patatas grandes (Con o sin piel, a vuestro gusto)
– Aceite de oliva
– Sal.

Preparación:
1/Precalentar el horno a 200 grados. Horno arriba y abajo. Si le ponéis turbo podéis reducir el tiempo de asado unos diez minutos.

2/ Poner aceite en la bandeja del horno hasta que quede todo el fondo generosamente cubierto.

3/ (Importante) Introducir la bandeja en el horno sin las patatas hasta que el aceite esté bien caliente.

4/ Lavar bien las patatas, secarlas con un paño y trocearlas “desgajándolas” o sea, comenzar a cortar y luego arrancar el resto del trozo. Esta forma de trocearlas evitará que se deshagan

5/ Cuando el aceite está caliente sacar la bandeja, echar en ella las patatas troceadas y revolverlas bien con el aceite para que toda la superficie de los trozos quede cubierta. Así se evitará que se peguen.

6/ Introducir la bandeja en el horno de nuevo y dejar que las patatas se asen durante quince minutos.

7/ A los quince minutos dad la vuelta a los trozos para que se doren por todas partes

8/ Colocad de nuevo la bandeja en el horno durante diez o quince minutos más. Recordad que cada horno es muy suyo y no hay que perder las patatitas de vista. Cuando las veáis de aspecto crujiente y dorado ya estarán hechas.

9/ Si queréis probar si están hechas por dentro pinchadlas con un tenedor. Si lo hacéis con un cuchillo os puede engañar.

10/ Sacad la bandeja y salar las patatas revolviéndolas bien. Servidlas bien calentitas.